Un refugiado iraquí confesó su "razón" para violar a un niño de 10 años en una piscina de Viena, Austria, hecho registrado el pasado mes de diciembre.
Tras cometer la violación el hombre continuó bañándose en la piscina, mientras que el menor pidió ayuda a la seguridad de la piscina y fue hospitalizado.
Luego de ello, el hombre fue detenido en el lugar de los hechos.
El acusado explicó a los agentes que abusó del niño "por la necesidad urgente de tener sexo", ya que no lo practicaba desde hacía unos cuatro meses.
Además, el sujeto admitió estar casado, pero que su mujer se quedó en Irak, mientras que él llegó a Austria en septiembre del 2015 por los Balcanes. Agregó que estaba al tanto de que tales "actos son ilegales en cualquier parte del mundo".