Representantes de diversos estratos ciudadanos se manifestaron el jueves en las calles, abiertamente contrarios a las enmiendas constitucionales que se tratan en la Asamblea, las mismas que afectarían los derechos ciudadanos, así como por medidas que lesionan la economía popular, según afirmaron.
La respuesta del Ejecutivo y el Legislativo ha sido, como ya es costumbre, minimizar los movimientos y hacer oídos sordos a los reclamos, enervando y prolongando más el estado de cosas irregulares que vive el país y que se ha acentuado en los últimos meses.
Un diálogo amplio, sincero y profundo es lo que demanda la estabilidad de la nación, pues la confrontación solo ahonda más las diferencias. Y la situación nacional, económica y social no puede seguir siendo ignorada a la luz de caprichos y pretensiones impositivas de ningún lado.
Entonces, hay que abrirse más al entendimiento.