Actualizado hace: 938 días 14 horas 41 minutos
Rosa Dalia Cevallos
Pequeño gran remedio

Una vez desechada la petición de revocatoria del mandato de Jorge Zambrano por improcedente, debido a la situación financiera cuando retomó la alcaldía de Manta con recursos comprometidos en un fideicomiso, muchas deudas y créditos cerrados para el municipio, las obras de reparación han sido proporcionales a los bajos recursos.

Viernes 27 Noviembre 2015 | 04:00

Las mega obras, como la adecuación del puerto para convertirlo en puerto de transferencia de carga y el aeropuerto en intercontinental, estaban en receso hasta que el Presidente Correa, hábilmente delegó la responsabilidad al Prefecto Mariano Zambrano y al alcalde, que no dejaron pasar un día para cumplir tamaño desafío. El pueblo solo espera que la empresa  china, coreana o chilena  sea la más conveniente para el país. Por tanto, los términos de referencia deben ajustarse a nuestras legítimas necesidades.
Es innoble criticar sin conocimiento y más aún sin aportar soluciones, deber de todo buen ciudadano, por ello a la par que las grandes obras, se deben acometer otras, pequeñas en apariencia, pero que curarían grandes males que no se los afronta hasta hoy, por lo menos la  prensa no los reseña. En la planificación del presupuesto para el 2016 no se trata de obras como las siguientes.
Un centro comercial que albergue los negocios que están en la avenida 109, donde se den los locales a un módico alquiler, en terrenos aledaños al monumento al Pescador que serían los más convenientes. 
Por un lado se proyecta a Manta como una gran ciudad y, por otro, se la deja como una población de las más atrasadas. 
La solución fácil, de convertir la avenida 109 en peatonal, trajo la inmediata reacción de los propietarios de edificaciones con negocios formales en la planta baja.
¡Los terrenos de la poza! En vez de polemizar y esperar tanto, más ahora que existe recesión económica, que está declarada la Tercera Guerra Mundial y anunciado el temido fenómeno El Niño, esta amenaza hay que transformarla en oportunidad, tomando apenas una parte de esa área para iniciar ya un Jardín Botánico con semillas y plantas donadas por los habitantes y municipios manabitas, la Prefectura y el MAGAP. Voluntarios saldrán de las carreras afines y de colegios. 
El agua la dará El Niño.  Resultado: un pulmón ante el hedor de la laguna El Gavilán y un atractivo para la ciudad, con senderos bien trazados. Lo único “caro” será el cerramiento de malla que se recubriría de hiedra, para evitar que se vuelva un lugar peligroso. Añádase el traspaso de empleados municipales conscientes del cuidado ambiental como guardaparques o la pasantía de estudiantes. 
 
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