Inseguro, nervioso, irritable, inquieto, pálido, con un rictus en la cara que se esforzaba por parecer sonrisa, irrespetuoso, interrumpía continuamente a los demás.

 No le hablaba al pueblo ecuatoriano sino a un grupo de estudiantes de economía –previamente seleccionados- en pose de vanidoso profesor universitario que hace piruetas verbales para convencerlos de su excelencia académica. No sé si lo entendían pero su frialdad daba más para el escepticismo. No pudo explicarnos las razones por las cuales la economía ecuatoriana entró en crisis luego de la bonanza, ni supo derrotar la tesis de la salida neo-liberal. No contestó algunas perlas que dijo el ex ministro González, por ejemplo eso de la ayuda económica de la familia Isaías a su candidatura; La acusación que sería el culpable de la quiebra del IESS; Y aquello de que no será candidato en el 2017. Pero lo expresado por el Presidente de que González formó su partido Avanza utilizando al IESS, es grave y más aún si él estaba en conocimiento del fraude. Me imagino los ajetreos previos al debate, definir la cancha, que sería una televisora del gobierno, el árbitro sería alguien aparentemente neutral, sin identificación política, el elegido Rodolfo Muñoz, empleado de Ecuatv, canal del gobierno. Seguramente lo más prolijo debió ser la elección de sus interlocutores, basados en un concepto típicamente correísta: “Solo invito a los que saben de economía”, criterio que tiene por propósito barajar a los que cuestionan estructuralmente el modelo correísta y el doble discurso, a quienes teme enfrentar. Por eso en su primera intervención, no dejó de exaltar las cualidades de los debatientes, hasta la repetición melosa de sus méritos. Los elegidos, famosos por su pasado. Alberto Dahik, exvicepresidente del Ecuador, pionero en la implementación del neo-liberalismo en el país, sentenciado por el desvío de fondos reservados a cuentas privadas, le debe a Correa, la amnistía por la cual pudo regresar al Ecuador. Mauricio Pozo, exministro de economía de Gutiérrez y mentalizador del programa de ajuste impuesto por el FMI en ese gobierno. Ramiro González, exministro de Correa y ex Presidente del directorio del IESS. La composición de los debatientes daba la facilidad a Correa para explayarse sobre las bondades de su gobierno frente a lo acontecido en el pasado, sin embargo no fue así. Como si se tratara de un juego, se centró gran parte del debate, en reconocer o no, la existencia de una crisis económica y en razón de lo cual, la aceptación de una salida de ajuste neo-liberal. Creo que Correa quería exactamente eso, en el discurso mostrarse anti neoliberal, en los hechos, asumir las condiciones que impone el FMI, como la eliminación de subsidios y privatizaciones que se están operando desde el gobierno. A cambio ya verán ustedes un crédito por más de USD 2.000 millones que otorgará el FMI antes que termine el año.