“Ahora tenemos contabilizadas las tumbas, su ubicación por sectores, manzanas, pasillos y si están ocupadas o no, así como los nombres de los fallecidos”, explica Eriko Bernal, coordinador del catastro municipal del cementerio.

El funcionario indica que el estudio que demoró un mes y necesitó de unas 19 personas determinó que existen en total 26.600 tumbas entre las ocupadas y desocupadas.

Bernal destaca que es la primera vez que la ciudad cuenta con una información detallada de este tipo que permitirá organizar y regular el uso de ese camposanto.

Variedad. Por las décadas que tiene funcionando este espacio hay una gran variedad de documentos que certifican la propiedad.

Bernal explica que hay recibos, títulos, permisos, actas de compraventa e incluso escrituras públicas. Por ello, desde el próximo día 19 todas las personas que tengan un predio en el cementerio deben acercarse a obtener un documento que homologa la tenencia de esta propiedad. El costo por esa emisión es de tres dólares.

En el caso de que no se tenga un documento que pruebe la tenencia, Bernal dice que se estudia la creación de una ordenanza que legisle sobre qué mecanismo se debe llevar a cabo para completar el proceso de ordenamiento de este lugar.

Preocupación. Patricia Mendoza García contó que por la familia de su madre ellos tienen en el cementerio de Portoviejo dos cuerpos que suman ocho tumbas y dos nichos.

Días atrás ella anotaba la ubicación de esas estructuras, los nombres de sus familiares fallecidos para buscar una forma de regularizar esta propiedad.

“Hace más de 40 años que esas tumbas están con mi familia y mi madre ya está mayor y ella me dice que no sabe si hay un documento o algo, tenemos que buscar”, cuenta la mujer mientras recorre los pasillos del cementerio.

Ella cree que actualmente la zona ha mejorado porque hay más seguridad, iluminación y aseo, pero cree que debe ponerse orden a los permisos de construcción de bancos que dificultan el paso en los pasillos.