Comenta que por más de 7 años se ha dedicado a elaborar y comercializar la chicha, una costumbre heredada de su abuela.

Indica que nunca pensó dedicarse a esta labor, hasta que una vez, en tiempo de feriados, las personas preguntaban si no conocían a alguien que vendiera este producto y como no existía nadie que expendiera chicha, él se arriesgó a vender utilizando la receta del hogar.

En aumento. Anteriormente Loor se “ganaba la vida” como verdulero, pero ahora sólo vive de las ganancias que le deja la venta chicha. Al principio sólo vendía entre 20 y 30 litros de chicha por semana, cantidad que subió a 220 litros actualmente, dijo. 

Cada litro de chicha  tiene un costo de 50 centavos, teniendo a la semana una ganancia de 100 a 120 dólares, manifestó. 

Preparación. Pedro Loor cuenta que para elaborar la chicha lo primero que se hace es moler el maíz, luego se le añade agua y se pone a cocción por un lapso de dos horas. 

Una vez que se enfría se lleva a colación y se procede a llenar en fundas agregándoles esencia de vainilla, lo que le da un toque especial, quedando lista para la venta. Pedro Loor explica que aunque el valor del quintal de maíz suba,  él mantiene el precio de la chicha en el mercado. 

”Lo más importante de este negocio es saber que es parte de las tradiciones, y me hace feliz vivir de ello”, recalca Loor. 

La chicha es un producto que se consumía mucho en   cumpleaños, rezos y otros encuentros, principalmente en las campiñas manabitas. Aunque poco a poco ha sido desplazado por la gaseosa.