Un vendedor de ese sector, que evita decir su nombre, explica que especialmente en la tarde, cuando baja el flujo de pacientes, los delincuentes aprovechan a los pocos transeúntes para quitarles bolsos, billeteras y teléfonos.

Los funcionarios de ese servicio de salud también han sido víctimas de los asaltos, confirmó una enfermera.

“Usted no sabe lo que es esto, vivimos con mucho miedo aquí”, señaló una servidora.

La preocupación la confirma Fidel Mendoza, director de la maternidad, quien señaló que tanto pacientes como personal de salud han sido víctimas del hampa.

Señaló que incluso para el servicio de 24 horas que prestan no pueden tener abiertas sino ajustadas las puertas y los ciudadanos deben llamar para ser atendidos. “Aquí el servicio se presta siempre a toda hora, pero no podemos tener abiertas las puertas por el peligro”, advirtió.

ATENCIÓN. César Carrera, jefe de la Policía Comunitaria, dijo que el patrullaje y vigilancia de la zona es permanente, pero que lo reforzarán con la reapertura de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) ubicada justo frente a la maternidad.

El uniformado dijo que allí se instalarán siete efectivos que contarán con motocicletas para la vigilancia.

Agregó que la seguridad en un lugar no solo depende de intervención policial sino de otras condiciones como la pobreza, la creación de áreas verdes, la iluminación de las vías y más factores que son parte de otras instituciones públicas que deben actuar.