Sin embargo, la fotografía y los videos no son los únicos usos que tienen estos pequeños aviones no tripulados. Los mismos pueden tener otros fines, como ayudar a buscar personas desaparecidas tras un desastre natural, pero además han sido usados en enfrentamientos bélicos y para espionaje. Precisamente por eso en nuestro país ha surgido una normativa emitida por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), organismo regulador del uso del espacio aéreo.

Este reglamento fue emitido el 17 de septiembre y norma el uso de Sistemas de Aeronaves Pilotadas a Distancia (RPAS), conocidas como drones o Sistemas de Aeronaves No Tripuladas (UAS).

 

REGLAS. Esta normativa estima, entre otras cosas, que la persona que opere el aparato será responsable de hacerlo durante todo el vuelo, “en forma solidaria con el propietario de la aeronave”. Ninguna persona podrá manejarlo si está fatigada o pudiera sufrir los efectos de la fatiga, está bajo el efecto del alcohol o cualquier droga “que pudiera afectar sus facultades para operar los controles de manera segura”. 

En este aspecto, se debe conocer que los nuevos drones ya vienen configurados bajo esta normativa.

Moreira habla de esto, pues a él le ocurrió algo curioso. “Intenté volar mi dron en el espacio del aeropuerto Reales Tamarindos de Portoviejo, pero por su configuración no me permitió hacerlo, ya que al parecer este espacio está determinado como una terminal aérea todavía”, según menciona. 

Moreira además considera que si de seguridad se trata, una buena opción sería abrir una escuela para enseñar a volar drones y además difundir el reglamento entre los aprendices, pues en la actualidad estos aparatos tecnológicos son muy comerciales y están al alcance de cualquier persona que lo desee.