Allí empezó el mantenimiento preventivo de las embarcaciones nodrizas o de pesca long line.
Cerca de 10 embarciones entre barcos, botes y lanchas reciben mantenimiento en este lugar, lo que genera ingresos para pintores, electricistas, enfibradores, carpinteros y técnicos en motores.
Marco Tuárez, carpintero, manifestó que tiene dos contratos para cambiar tablones en mal estado en el casco de dos botes.
También Roberto Zambrano, maestro enfibrador, dijo que ha sido contratado para resanar el puente de mando de un barco.
Mientras que José Mero y su hijo se ocupan de la limpieza de los residuos de conchillas secas acumuladas en el casco de uno de los botes en mantenimiento.
Pedro Macías, dueño de uno de los barcos nodrizas, indicó que el mantenimiento preventivo lo realizan cada año y lo aprovechan para cambiar el arte de pesca “gruesa” a la de dorado.