Actualizado hace: 937 días 14 horas 17 minutos
Enrique Delgado Coppiano
Previsiones ante el fenómeno el niño

Sábado 05 Septiembre 2015 | 04:00

El fenómeno climático El Niño efectuó 4 presencias en el siglo XX: (1915 – 16  pleno levantamiento guerra Conchista), 1982 – 83 (Gobierno Dr. Oswaldo Hurtado), 1987 – 88 (Gobierno del Ing. Febres Cordero), 1997 – 98 (Gobierno Dr. Fabián Alarcón); los 3 últimos que nos tocó vivir,  fueron sus efectos catastróficos para todo el país que no estaba preparado para desastres como los que este fenómeno acarrea: lluvias consecutivas sin diferenciar entre invierno y verano, con pérdidas de cosechas; crecidas e inundaciones por desbordes de ríos, sobre todo en el litoral y oriente que destruyeron las redes viales, caídas de puentes, causando incomunicación dramática entre cantones y provincias; deslaves de cerros que arrasaban hogares, locales escolares, centros asistenciales, cientos de viviendas, sistemas de agua potable, alcantarillados y pavimentos perdidos, realmente larga, penosa y costosa recuperación del país, con fondos y esfuerzos propios y algunas ayudas internacionales del Banco Mundial, FMI, NN.UU., entre otros, lograron paliar la tragedia y Ecuador hizo el resto; sus habitantes pusieron alma y fuerza para volver a lograr un tanto de bienestar hacia el futuro. Se crearon entidades que estudien el indeseado Niño y planifiquen medidas que puedan hacer frente a lo que ya se conoce, ocasiona este fenómeno climático que hoy nos dicen amenaza volver. En la zona del sistema Carrizal Chone: Chone, Calceta, Tosagua, con sus parroquias que sufrieron duros embates es un deber manifestar que si El Niño que se aproxima es de dura intensidad sus consecuencias volverán a ser muy perjudiciales y para amainarlas tiene que preverse mantener despejados los cauces de ríos y afluentes, en el sistema Chone – Garrapata – Mosquito, y en el Carrizal igual medida, como también en la amplia cuenca del Portoviejo y del Jama, esto es fundamental. Aquí hay que volver a exigir una respuesta técnica a la implantación de la llamada represa de Simbocal, que ha causado un asolvamiento completo de los ríos Chone y Carrizal, de la desembocadura en la Bahía de Caráquez, que perdió navegabilidad, y al cruzar el puente Bahía – San Vicente en marea baja da la impresión de poder cruzar el brazo de mar solo caminando. ¿Sirve o no este obstáculo? Si no sirve, debe eliminárselo y permitir que el Chone – Carrizal marche raudo hacia el mar, como antes. Otra preocupación en Chone es que si no se ha construido el canal de encauzamiento del desvío del río Chone, desde el cruce de la vía Canuto hasta San Antonio, no sabemos  si esto pone a la ciudad en peligro de inundaciones más altas. Los técnicos tienen la palabra para explicar, antes de que llegue el fenómeno El Niño.

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