Una de ellas sería la capacidad física del sistema de enseñanza gubernamental, supuesto limitante del ingreso de muchos estudiantes quienes, aprobando las pruebas respectivas de evaluación, se encontrarían sin cupo.
Veamos, por ejemplo -y de manera teórica- en Manabí, donde de un aproximado a 30 mil bachilleres anualmente listos para continuar la universidad, apenas 8 mil (27 %) hipotéticamente podrían hacerlo en uno de los 6 centros superiores públicos de la provincia. Otros tenderían a la universidad particular.
Sin embargo, como la obligatoria prueba de evaluación (ENES) automáticamente les escoge las universidades en el país, son muchos los que deben moverse a otras provincias.
Pero, en el plano de las estimaciones, habría similitudes diversas en las otras localidades, por lo que el movimiento migratorio no superaría el problema de cupo que estaría restringido por el número de centros de estudios superiores operativos.
Entonces, ¿se hace necesario repensar en la posibilidad de creación de nuevos centros de educación superior?