Actualizado hace: 937 días 15 horas 38 minutos
Alberto Miranda Vélez
Los sacamos a bala

¡Los sacamos a bala! Sí, esa fue nuestra respuesta, hace 150 años, cuando el poder guayasense, con hombres armados, ingresaron a nuestro suelo manabita con el interés expansionista de anexar territorios a Guayas.

Jueves 30 Julio 2015 | 04:00

El historiador Wilfrido Loor Moreira señala que antes de 1850, en el sitio “San Jorge”, actual parroquia La Unión de la altiva Santa Ana, habían disturbios, controversias, crímenes y robos por disputas entre las dos provincias. 
La tierra se hallaba en posesión de pequeños campesinos manabitas pero, alegando títulos coloniales, don Eusebio Rendón, poderoso terrateniente guayasense, pretendía que esas tierras fueran de su propiedad y que correspondieran al cantón Daule, que según él se extendía hasta el cerro de Peminche y a la cabecera del Puca. 
Desde 1860 el terrateniente toma acciones legales donde hace declarar a las firmes autoridades manabitas como rebeldes, sin ni siquiera citarlos. Con respaldo político y jugadas legales exige a los campesinos que desalojen las tierras o se allanen a pagarle un canon mensual por arrendamiento. Como no obtenían respuestas, en 1868, el Alcalde de Daule y tropas armadas avanzan a San Jorge convencidos que iban a desalojar sin resistencia a humildes montubios; más, al pisar tierra manabita, los campesinos demuestran cómo el manaba defiende lo suyo y sus derechos: los reciben a bala. 
Los guayasenses, desconcertados y entendiendo recién con quién se enfrentaban, optan por la retirada.
El poder invasor no se rindió. Con sus influencias piden refuerzos a Guayaquil, que envía 70 soldados más con buenos fusiles. Ahora, mejor preparados, vuelven a avanzar; al llegar a la línea divisoria se encuentran con tropas traídas desde Portoviejo, que junto a los campesinos estaban dispuestos a no dejar pasar a nadie, advirtiendo que a estas tierras no entra ningún hombre armado. La unidad manabita les obligó a una nueva retirada.
Don Eusebio Rendón cambia la estrategia, deja pasar el tiempo y en un descuido logran tomarse San Jorge, llevan el terror a los moradores; se roban todo el ganado de la zona, destruyen 14 casas y numerosos sembríos. 
Ante estas atrocidades, el diputado por Manabí, Francisco de Paula Moreira, propone juicio criminal contra las autoridades de Daule y contra Rendón. El triunfo fue completo para los manabitas: don Eusebio fue obligado a pagar parte de los daños y se selló los límites con Guayas con la tesis manabita.
En los actuales momentos vivimos un escenario parecido. 
Ya no cabe la violencia, pero sí la firme determinación de nuestro pueblo digno que, como hace 150 años, no permitirá que se afecte a su sagrado territorio.
 
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