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Bernardo Avellán Vélez
Mirar a los cielos

Martes 28 Julio 2015 | 04:00

Dentro de la vida cíclica del cosmos y del cual nuestra tierra y humanidad forman parte, el mundo en que vivimos está pasando por un cambio cíclico astral. Los cambios en el universo son constantes. Esa es una realidad, como que la piel humana muda cada cierto tiempo. Nuestra humanidad a 15 años del tercer milenio, está cursando un ciclo renovador, una metamorfosis cósmica, que ha venido ocurriendo por miles de años.

Para los heraldos de la nueva era, acuario (el aguador) es el regente cosmobiológico del hombre sobre la tierra, esta nueva era se dio inicio en 1962, que imperceptiblemente entramos en ella sin darnos cuenta, una época de expansión mental y espiritual humana. Parece curioso que a partir de 1962, es donde se han venido dando los cambios tecnológicos más notables de todos los tiempos, como los viajes al espacio, la revolución informática, el desarrollo de las ciencias aplicadas, la tecnología médica, la telefonía celular, el descubrimiento del electromagnetismo y cierto nivel de evolución espiritual.
Notemos que en solamente un siglo (1914) empezaron las mayores carnicerías humanas de la era moderna en forma de guerras mundiales, con la muerte de más de 35 millones de personas. Hace tan solo 70 años (1945), un loco extremista (Adolfo Hitler) hizo exterminar unos seis millones de judíos, así como otro paranoico líder (Josep Stalin) en la década del 50s, provocó la muerte de 17 millones de seres humanos. Hoy en día este tipo de conflictos humanos (guerras políticas) es menos probable que se den, pues la era que vivimos (Acuario) hace al hombre más humanista, con un nivel espiritual más elevado.
El cumplimiento de los ciclos estelares, proporcionan al hombre una cosmovisión de su propia existencia y esto no depende de las leyes humanas, académica o pedagógicas. Esto es inexorable, haciéndose más relevante a medida en que la humanidad va avanzando en el tiempo y en el espacio, continuando su evolución hasta llegar al despertar de la conciencia humana.
Lo importante del hombre, es alejar el temor de la mente, escudriñar los libros sagrados, rasgar el velo de la ignorancia espiritual, reconocer nuestras debilidades, estudiar y discernir todo lo que pasa, sin olvidarnos jamás de mirar al cielo, para llegar al fondo de la verdad incuestionable.
Sabemos que la mayoría de los descubrimientos se ocultan. Es muy posible que estemos engañados por una falsa cultura, un apseudo religión, una política humana indolente que conduce a la corrupción. Aun así, el cielo continúa interactuando con el hombre en pos de una nueva matriz mental y espiritual, que nos renueva como hombres y mujeres para una humanidad futura que nos espera... por eso es necesario que empecemos a observar más al cielo.
 
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