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Serie
Las chivas, el transporte de la zona rural

Manabí tiene un antecedente histórico que junto con la diversidad cultural lo convierten en un escenario único.

Lunes 27 Julio 2015 | 04:00

Hoy se continúa con la serie ‘Manabí diverso’, que relieva la riqueza cultural que hay en el entorno de la campiña manabita.

El libro ‘Vistazos al Manabí profundo’, de Medardo Mora Solórzano, publicado por la editorial manabita Mar Abierto, señala:
“Hacia mediados del siglo XX fue familiar para el manabita ‘el mixto’ camión de pasajeros y carga.
Luego surgieron ‘las chivas’, carros de ventanas abiertas y ventiladas utilizables sólo para pasajeros, que se ‘arrejuntaban’ al máximo para que tenga más cabida. 
Posteriormente surgieron los ‘pullman’, buses con carrocerías metálicas cerradas para personas, son los buses de transporte de la actualidad; pero sin duda el medio de transporte de mayor añoranza es el ferrocarril, que el gobierno de Alfaro construyó en Manabí para conectar Chone con Canuto, Calceta, Tosagua, Puerto Larrea y Bahía de Caráquez, y el ferrocarril Santa Ana-Portoviejo-Montecristi-Manta.
Es decir, con mucha lógica Alfaro buscó comunicar los centros o lugares productivos con los dos puertos de cabotaje e incluso de tráfico internacional de esa época que eran Manta y Bahía de Caráquez.
Literatura. Si algún factor prestigió nacional e internacionalmente a los afamados escritores manabitas Horacio Hidrovo Velásquez y Oswaldo Castro Intriago, fueron sus novelas reveladoras de la costumbre y vida del auténtico manabita de campo.
Las novelas ‘Un hombre y un río’ de Hidrovo Velásquez, afortunadamente llevada al cine por la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, y ‘La Mula Ciega’ de autoría de Oswaldo Castro Intriago, son obras que retratan con palabras y lenguaje florido la realidad profunda de Manabí con sus vivencias que la caracterizan, leerlos es engolosinar la mente y nutrirse de hechos y realidades magistralmente narradas de un pasado que emocionan.
FESTIVIDADES. No puede omitirse el referirse al folclore manabita las arraigadas creencias religiosas de su gente, aquello explica que hayan fechas vinculadas a la religión católica que sean verdaderos acontecimientos como el leal recuerdo a los muertos que convoca a familiares y amigos a visitarlos religiosamente el 2 de noviembre, ese es ‘un día grande’ al decir del manabita de ancestro.
Igual sucede con la celebración de la Resurrección de Cristo, el Sábado de Gloria”.
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