Actualizado hace: 938 días 7 horas 13 minutos
Fomentar el diálogo sin exclusión
Fomentar el diálogo sin exclusión
Por: Libertad Regalado
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Jueves 09 Julio 2015 | 04:00

Francisco, sucesor de Pedro desde el 2013, traza el nuevo camino de la iglesia católica. Hoy el mundo habla de su era, en donde, como él lo dice, hay que “caminar como Jesús, dejando huellas que cambien la historia”. Y con seguridad lo está haciendo.

 Amor, austeridad, sencillez, humildad, coherencia, paz, esperanza, tranquilidad, alegría son las cualidades que han resaltado su presencia en el país.

Su homilía en Guayaquil estuvo dirigida a la importancia de la familia en la educación de los niños, en el cuidado y protección de los ancianos; ojalá entendamos la denotación de este pensamiento tan significativo: “La familia es la primera escuela de los niños y el mejor asilo de los ancianos”. 
Nadie como él para buscar nuevas interpretaciones en las palabras del evangelio; las bodas de Caná, desde hoy han adquirido una nueva dimensión: “El vino es signo de alegría, de amor, de abundancia. Hace rato que ese vino del amor abandonó los hogares. El que ama sirve, se pone al servicio de los demás y esto se aprende especialmente en la familia, se aprende a pedir permiso sin avasallar, a decir gracias, a dominar la agresividad o la voracidad y allí se aprende a pedir perdón cuando se hace algún  daño”.
La bendición del lunes en la noche y la homilía del martes en Quito es un llamado a la unión, a sentirnos hermanados, a que no exista la exclusión, a que no descartemos a nuestros hermanos, a respetar las diferencias, a que a todos se los incluya en esta gran nación. 
Un llamado a abandonar los egoísmos, la búsqueda estéril del poder, prestigio, placer. Un mensaje que debe quedar grabado en nuestras mentes, y manifestarse en las acciones que realicemos y no algo que se escuchó bien; y que al pasar de las horas, ese clima de discordia y de exclusiones estén sobre el tapete de los días.
Su pedido permanente de que oremos por él tiene un mensaje, necesita de la fuerza poderosa y mágica de la oración para sacar a la iglesia y al mundo de la crisis en que vivimos, una crisis producida por esa búsqueda de lo material, por ser esclavos de la tecnología y de las finanzas, por el abandono de satisfactores espirituales. Y de qué manera podemos ayudarle con esta obra portentosa, pues orando, ya que orar, como él lo ha señalado es ponernos en la piel de los otros, en sus zapatos. 
Desde hoy muchos estaremos orando por Francisco, para que las fuerzas del Espíritu Santo lo cobijen permanentemente y disfrutar con él, del vino del amor, de la inclusión, del diálogo y de la unión que es Jesús.
 
 
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