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‘Evangelización no es Proselitismo’

El Papa, en su tercer día en Ecuador, defendió el papel evangelizador de la Iglesia y exclamó: “Esa es nuestra Revolución”.

Miércoles 08 Julio 2015 | 04:00

 Ayer, el papa argentino celebró una multitudinaria misa en el parque Bicentenario de Quito, en la cual dejó claro que “la evangelización no consiste en hacer proselitismo”. “Evangelizar es atraer con nuestro testimonio a los alejados. Es tan urgente e importante como aquel deseo de independencia”, dijo el pontífice para agregar: “Eso es evangelizar, esa es nuestra revolución, porque nuestra fe siempre es revolucionaria, ese es nuestro más profundo y constante grito”.

El nombre del lugar donde celebró la misa sirvió a Francisco también para recordar “el grito de Independencia de Hispanoamérica”, cuya homilía estuvo repleta de pasajes de su exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (la alegría del Evangelio).
Su visión. Criticó los individualismos y personalismos, así como a quienes se creen dueños de la verdad.
“Sería superficial pensar que la división y el odio afectan sólo a las tensiones entre los países o los grupos sociales. En realidad, son manifestación de ese difuso individualismo que nos separa y nos enfrenta, de la herida del pecado en el corazón de las personas”, agregó.
Durante su intervención, también recordó que la evangelización “nos aleja de tentaciones o propuestas unisistas, más cercanas a las dictaduras, ideologías y sectarismos”.
Además, el Papa volvió a hablar de la necesidad de trabajar para conseguir la paz que es “algo artesanal” y aseguró que “es impensable que brille la unidad si la mundanidad espiritual nos hace estar en guerra entre nosotros, en una búsqueda estéril de poder, prestigio, placer o seguridad económica”.
La propuesta de Jesús, según el Papa, jamás puede ser hecha “a nuestra medida, en la que nosotros ponemos las condiciones y elegimos los integrantes y excluimos a los demás”.
Durante la celebración, Francisco utilizó ornamentos litúrgicos confeccionados por artesanos ecuatorianos, una muestra de la multiculturalidad del país.
La casulla que vistió el pontífice durante la celebración, de color blanco, fue bordada a mano por artesanas de la ciudad de Cuenca. Asimismo, el vino de la misa fue elaborado por religiosas ecuatorianas y el cáliz utilizado para consagrarlo es obra de un orfebre ecuatoriano que lo donó para la ocasión.
Una manabita. Como parte de su agenda, el papa Francisco participó ayer en un encuentro con el mundo de la educación en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, donde destacó la manabita Caroline Espinoza Jiménez. Ella fue la encargada de dar un discurso por parte de los jóvenes universitarios, donde destacó la importancia de que los maestros, padres y políticos “sean verdaderos guías espirituales”. 
“Los jóvenes, aunque valoramos los esfuerzos realizados por una educación de calidad, consideramos que corresponde al Estado ser facilitador y no barrera para las nuevas generaciones  ante todo el patrimonio y la riqueza de la sociedad, incluso el religioso, ya que sólo así podremos ser agentes de cambios positivos”, dijo la estudiante de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. 
“Nos sentimos capaces de llegar muy lejos, de construir un futuro próspero de un Ecuador más libre, más justo y más solidario, al estilo del Reino de Dios”, agregó.  Tras sus palabras, el Papa se puso de pie y abrazó a la manabita. Luego de ello, el pontífice leyó una oración al Santo Hermano Miguel, para dar inicio a su intervención sobre educación. 
“¿Saben que el tiempo de estudio no sólo es un derecho sino también un privilegio?”, cuestionó el Santo Padre, para luego agregar: “No hay derecho a la exclusión, como universidad, docentes y estudiantes, la vida nos desafía”.
“La comunidad universitaria debe cuestionarse ¿para qué nos necesita esta tierra?, ¿dónde está tu hermano?”, agregó.
Tras este evento, desde las 18h00, el Papa participó en un encuentro con la sociedad civil en la iglesia San Francisco de Quito, donde recibió las llaves de la ciudad por parte del alcalde Mauricio Rodas. 
“El alcalde me ha entregado las llaves de la ciudad, así que puedo decir que aquí en Quito soy de casa”, dijo el Papa.
En esta nueva intervención, Francisco defendió la importancia del diálogo: “Las leyes deben abrir espacio al diálogo para dejar de lado el doloroso control desmedido y la merma de libertades”, explicó.
“El diálogo es necesario para llegar a la verdad, la cual no puede ser impuesta, dijo el pontífice, agregando que “en una democracia participativa, cada uno de los grupos sociales (...) son protagonistas y no espectadores”. 
Francisco también destacó la importancia de cuidar la naturaleza, señalando que “la Amazonia requiere de un cuidado especial. (...) La explotación de los recursos naturales tan abundantes en el Ecuador no debe buscar beneficio inmediato”, recalcó.
Una Vigilia. Pasadas las 21h00, ciudadanos hicieron una vigilia en los exteriores del hotel donde estaba la prensa extranjera a la que pedían que hagan conocer al mundo los problemas de libertad de expresión que hay en Ecuador. 
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