El pontífice estuvo en el palacio de Carondelet, donde fue recibido por autoridades ecuatorianas encabezadas por el presidente de la República, Rafael Correa.
El cantautor Damiano y un coro de 38 personas ofrecieron canciones compuestas para la ocasión.
El palacio presidencial fue engalanado con más de 120.000 rosas ecuatorianas que adornaron el patio principal de la sede del Ejecutivo.
Francisco recorrió el edificio y saludó y bendijo a los colaboradores de la Presidencia. Muchos de ellos se mostraron emocionados al recibir el saludo del pontífice, que estrechaba las manos de los presentes y les sonreía.
Después de esto, el líder de la iglesia católica salió al balcón presidencial, desde donde bendijo a los ecuatorianos: “Para que no haya diferencias y exclusivos, para que no haya gente que se descarte, que todos sean hermanos. Que se incluyan a todos y no haya ninguno que esté fuera de esta gran nación ecuatoriana”, dijo.
Tras este encuentro con las autoridades de gobierno acudió a la Nunciatura Apostólica, donde, al igual que en la noche anterior, salió a bendecir a las personas que se encontraban en las afueras, entre vivas y gritos de emoción de los presentes.