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Etnia
Quieren recuperar costumbres

Su tutsa (Pueblo viejo en español) los acogió desde hace cientos de años en Imbabura, hoy viven en distintos rincones del país.

Domingo 05 Julio 2015 | 04:00

 Debido a una invasión, que no se sabe si fue incásica o  española, los pobladores chachis atravesaron selva y montañas andinas para llegar al río Cayapas, de la provincia de Esmeraldas. 

Allí en el siglo XVI se asentaron aparentemente de manera definitiva, hasta hace 30 años cuando nuevamente empezaron un nuevo período migratorio, según Agbelmito Añapa, nativo.
Lamentándose, el hombre cuenta que la migración de las nuevas generaciones de su pueblo se originó por falta de trabajo, y la destrucción de su hábitat por parte de madereras. De manera paulatina las familias indígenas empezaron a huir a provincias como Manabí, Pichincha y Santo Domingo de los Tsáchilas.
Según el Sistema Integrado de Indicadores Sociales (Siise), el 73,5% de las comunidades y pueblos indígenas que se trasladaron de su lugar de origen lo hicieron por buscar trabajo. 
Únicos. En la tierra tsáchila solo existe un asentamiento de esta comunidad.
Bajo el nombre de Asociación Pueblo Nuevo de los Chachis la comunidad intenta mantener sus costumbres y tradiciones, en especial su idioma el Cha’palá. Ellos viven en la comuna Tsáchila Chigûilpe y conocen el idioma, pero les es difícil comunicarse de manera fluida en el idioma nativo. 
“Los jóvenes y niños son los que menos conocen del idioma”, comenta Agbelmito. 
De igual manera en la comuna los nativos ya no usan su indumentaria tradicional caracterizada por collares de semillas, faldas y camisones de colores brillantes. 
Rutina. Las costumbres occidentales, como llama Agbelmito Añapa a la sociedad urbana, han mermado la realización de rituales dentro de la comunidad. En las casas ya poco se usa el pinde, un bejuco al que le atribuyen poderes para curar el cuerpo y la mente.
Ahora los jóvenes y adultos salen a la calle en busca de oportunidad laboral para llevar un pan a la mesa de sus hogares.
Una rutina que se contrasta con la que se llevaba a cabo en el tutsa, donde el canto de los mirukus (shamanes chachis) pedía por la cosecha para alimentar al pueblo. 
Hoy en día dentro de los rituales se utilizan los cuchillos y machetes, que han transformado a una comunidad en jornaleros y agricultores a sueldo.
Según Agbelmito, el pueblo  chachi enriquece la cultura nacional y su anhelo es que con el pasar de los años no pase a ser una etnia extinta donde solo las leyendas revivan sus tradiciones forjadas en lo alto del tutsa.
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