o en el que uno juega por el honor. Tiene esa garra del muchacho que juega con tipos más grandes que él, y que pese a ello, no tiene miedo meter la pierna y encarar.
Sampaoli es un apasionado, y esa pasión es lo que intenta inyectarle a sus jugadores. Recuerdo cómo hizo de Emelec un equipo agresivo. Creo que ese equipo azul del 2010, aunque no haya ganado un sólo título, es el mejor Emelec de los últimos 10 años.
Ayer dio una demostración de táctica: puedes enfrentar al mejor jugador del mundo, Messi, sin traicionar a tu estilo ofensivo.
Sampaoli metió a Messi en una telaraña de la que no pudo salir jamás. Luego de los penales, la televisión internacional mostró al técnico de La Roja llorando, arropado en abrazos. Las lágrimas de Sampaoli son las lágrimas de revancha de un técnico que se retiró a los 20 años de fútbol, que empezó dirigiendo equipos desconocidos, que llegó a Emelec en el 2010 siendo un desconocido, que perdió en ese año un campeonato que mereció ganar de largo. Las lágrimas de Sampaoli son las lágrimas de un tipo que se la ha jugado todo por una filosofía y que ha al final, luego de algunos fracasos, ha vencido.