En el mismo corazón de África han sonado los latidos de gente extraordinaria, nuestros soldados destacados en misión humanitaria y nuestros misioneros, gente de una pasta especial, de la que, más allá de eslóganes publicitarios, hacen que podamos sentirnos orgullosos de la “marca España”.
Ellos se la juegan, a diario, en tierra hostil. En este caso, en Mali, un país donde no siempre es fácil ni posible la convivencia pacífica. En plena SS, sin ir más lejos, cinco personas fueron asesinadas en un atentado terrorista contra un bar de la capital, frecuentado por clientes occidentales; un acto cobarde que ya ha sido reivindicado por un grupo islamista. En el norte del país se vienen produciendo desde hace dos años enfrentamientos entre distintos grupos yihadistas, y el noreste ha vuelto a ser recientemente el escenario de terribles ataques que han causado ya unos 50 muertos y 150 heridos, con el macabro sello de Boko Haram.