En su humilde hogar ubicado en la parroquia San Pablo, viven José Teodoro Vélez y sus dos amores, Eulalia Giler y Ana Zambrano, con quienes comparte su vida.
Aunque para muchos esta historia no sea la mejor, para estas tres personas es normal.
José Vélez cuenta que vivir con dos mujeres no es cosa del otro mundo. “Siempre nos hemos llevado bien”, dice el hombre de 76 años.
José toda su vida se ha dedicado a la venta de agua de coco y con lo que gana ha podido sacar adelante a sus dos mujeres y 12 hijos, quienes se criaron en la misma casa. “Ahora Ana vive en otra casa, pero igual nos llevamos todos bien”, comenta.
Felices todos. Eulalia es esposa de José. Ella cuenta que desde los 16 años se casó con él y siempre supo de la relación extra. “Toda la vida nos hemos llevado bien, cuando salíamos lo hacíamos los tres y nuestros hijos, todos juntos. Nunca nos llevamos mal; siempre bien”, recalca Eulalia.
José dice que no les falta por lo menos un pan para alimentarse. Asegura estar contento con la unión y la comunicación que existe en la familia.
“Amar es compartir, nunca me enojé porque compartía. Un día estaba con ella, otro conmigo o si no los tres juntos. ¿Por qué me iba a enojar si amar es compartir? Eso nunca se termina”, dice sonriente Eulalia.
Por cuestiones de la economía José y sus dos mujeres viven en casas separadas, pero aún se visitan y cada fin de año se reúnen todos para recibir el nuevo año.
José está un poco enfermo y espera que las autoridades le ayude con un bono de la vivienda para arreglar su casa y vivir con su familia, ya que lo poco que gana lo divide entre gastos de sus dos hogares.