El 20 de junio, el Papa viajó a Turín, en cuya catedral veneró, de nuevo, la Sábana Santa que envolvió el cuerpo de Cristo en el sepulcro. De ella, dijo, en el 2013: “Este Rostro tiene los ojos cerrados, es el rostro de un difunto y, sin embargo, nos mira de un modo misterioso y nos habla en el silencio». Es de lino y encierra un milagro que deja boquiabiertos a científicos ateos que la estudian. ¿Qué es un milagro? Un hecho extraordinario inexplicable para la razón y la ciencia, exponente de la omnipotencia divina y que acerca a muchos a la fe.