La secretaria de Gestión de Riesgos de Ecuador, María del Pilar Cornejo, dijo que “la irregularidad del terreno” en los alrededores del santuario presenta un “peligro potencial de avalancha humana” en una zona que sólo tiene una vía de acceso y salida y agregó que se va a trabajar para determinar el aforo idóneo que permita garantizar la seguridad en el lugar.

 

El asunto motivó la renuncia del gobernador del Guayas, Rolando Panchana, tras pronunciarse el miércoles sobre este tema después de que el Consejo de Seguridad Provincial recomendara cambiar el lugar de la celebración por seguridad.

La secretaria nacional de Gestión de la Política, Viviana Bonilla, dijo el jueves pasado que la visita del Papa, prevista del 5 al 8 de julio, es un asunto “de suma preocupación para el Gobierno Nacional, para el presidente de la República” y para las instituciones que trabajan en su organización.

La secretaria de gestión de riesgos, al exponer el contenido del informe, comentó que celebraciones semejantes en otros viajes papales se han desarrollado “en explanadas grandes, con múltiples lugares de acceso que han facilitado el mantener la integridad física y la seguridad de los asistentes”.

“Esperamos que el Papa también sea saludado por los ciudadanos a lo largo de su recorrido vehicular por la ciudad de Guayaquil y que pueda ser visto a través de pantallas gigantes” que se instalarían en el parque Samanes, en esa ciudad.

La iglesia. En tanto, el arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui, confirmó que la sede de la misa campal que ofrecerá el papa Francisco en esta ciudad portuaria será en el terreno adyacente al santuario del Señor de la Divina Misericordia.

Por ahora, según Arregui, sólo se espera que los técnicos, tanto del Estado como de la curia, determinen el aforo máximo del lugar para evitar contratiempos de seguridad de los asistentes.

Arregui confía en que los inconvenientes detectados, como lejanía de hospitales, de rutas de evacuación, inclinación del terreno, entre otros, se pueden solucionar con ambulancias, planificación de las tareas de control y con los trabajos de adecentamientos que realiza el gobierno en el predio destinado para la misa.

El arzobispo confirmó que las autoridades de Ecuador notificaron al Vaticano las observaciones de seguridad y que la Santa Sede respondió favorablemente en el sentido de reducir el aforo.