Ella vive en Guayaquil desde hace 45 años. Esos mismos años son los que tiene de casada, y fue justamente el matrimonio que la llevó a dejar Manta para radicarse allá.

Como buena mantense, Victoria nunca se olvidó de su tierra. Aun viviendo lejos, no se quiso alejar mucho y construyó una casa en el barrio La Época. 

Ahora, cada que tiene tiempo, llega a vacacionar junto a sus familiares. 

Esta vez ha llegado junto a dos nietas y una hija. Su regreso a Guayaquil está previsto para la próxima semana, contó. 

Durante su estadía en La Época, manifestó, ha visto las necesidades que hay y que espera sean solucionadas.

Dijo que hay muchos terrenos baldíos que están llenos de maleza y eso lleva a que proliferen los mosquitos y, por ende, que se presenten enfermedades.

Patricia Anchundia, moradora del sector, aseguró que en esos terrenos abandonados se puede hacer una cancha o construir un parque para que los niños puedan jugar con tranquilidad y no lo hagan en la calle, como lo hacen ahora.

“También hay que hacer fumigaciones para evitar las enfermedades que están de moda. Mucha gente está enferma”, expresó Patricia 

Agregó que el agua les llega una vez cada 15 días, y en ocasiones tienen que comprarla a los tanqueros.

> DE LO QUE ESTÁN CONTENTOS. Luz Viera, otra vecina, dijo que en el sector no tienen problemas con la delincuencia.  

“Gracias a Dios acá no llega la delincuencia, ojalá las cosas sigan igual para tener una vida tranquila libre de problemas”, dijo Viera.

Patricia acotó que el carro recolector de basura pasa tres veces a la semana en horarios ya definidos, por eso no existe acumulación de basura en las esquinas, como sí ocurría en años anteriores.

También están contentos porque las calles del barrio  están pavimentadas con hormigón armado.