En marzo del 2014, ese mismo índice estaba en el 68 %.

El estudio se realizó en 15 ciudades del país entre 2.122 hogares y con un margen de confianza del 95 %, señala la firma en su página electrónica. 

Desaprobación. La encuestadora agregó que el mes pasado el nivel de desaprobación se ubicó en 40 % frente al 37 % registrado en el mismo período de 2014.

Sobre la credibilidad del presidente Correa, según Cedatos, un 45 % cree en la palabra del mandatario, cinco puntos menos que hace un año, contra un 49 % que dijo no creer. 

Las mediciones de Cedatos han sido desestimadas por el Gobierno en el pasado por considerarla una empresa vinculada a la oposición.

En marzo, Perfiles de Opinión, otra encuestadora, ubicó en un 72,5 % el número de ecuatorianos que calificaba como buena y muy buena la gestión de Rafael Correa en ciudades como Quito y Guayaquil, las más pobladas del país. 

REACCIONES. Para el asambleísta Patricio Donoso (CREO), esta baja responde a “un cúmulo de errores que ha cometido el Gobierno y que se han venido marcando desde las últimas elecciones seccionales, cuando el oficialismo perdió las principales ciudades del país, muchas de las cuales consideraba bastiones”, informó diario La Hora.

“Desde ahí ha venido cometiendo errores colosales”, expresó Donoso.

El rotativo señala además que para Diego Vintimilla (PAIS),  “la encuesta más importante para un gobierno son las elecciones” porque “es el único espacio que determina realmente cuál es la opinión de la gente”, señaló.

ASAMBLEA. En la misma encuesta Cedatos  también preguntó ¿Usted aprueba o desaprueba la gestión de los asambleístas?.

En marzo del 2014 un 41 % dijo que no, y en marzo de este año ese porcentaje aumentó al 52 %, se señala.

Sobre una segunda pregunta ¿Usted cree o no en la palabra de los asambleístas?. En marzo del 2014 un 56 % dijo que no, y en marzo del 2015 un 64 % respondió lo mismo, se indica.

La asambleísta por Pachakutik Magali Orellana afirmó que en lo personal no se siente aludida, pero las considera valederas porque, dice, son el reflejo de un sentir ciudadano contra una Asamblea compuesta por una mayoría oficialista que aprueba leyes no en base a la necesidad del colectivo, sino para buscar la permanencia en el poder, señala La Hora.