Las mangueras serpentean a lo largo de la calle Monserrate de la ciudadela Nuevo Paraíso, vacías y aplastadas por las llantas de los pocos carros que llegan al sector.
Los moradores las pusieron para recibir el agua potable que no llega a esta ciudadela, ubicada en la antigua vía a Riochico, más adelante del colegio 12 de Marzo. Y les recuerdan a las culebras que se esconden entre la maleza de los terrenos baldíos de la zona.