Los cristianos paquistaníes son considerados extraños en su propio país. Los atentados del domingo día 15 de marzo contra dos iglesias cristianas en Lahore lo pusieron de manifiesto, una vez más.
Es cierto que tras el trauma de los atentados se han levantado numerosas voces de condena en el mundo musulmán. Pero esto no basta: es necesario que la cultura musulmana y la educación que se imparte en las escuelas acepte la libertad religiosa. Hoy por hoy estamos a años luz de ese reconocimiento. De hecho, los cristianos están siendo abandonados por su propio Gobierno y por sus conciudadanos que no mueven un dedo para defender sus vidas y su libertad.