Las preguntas son: ¿qué producir? ¿cómo producir? ¿para quién producir? Todo eso abarca el aparato productivo de un país que por medio de diferentes industrias genera servicios a ser consumidos por clientes.
Concluyendo podemos decir que es una forma de ordenamiento de los diferentes procesos productivos, cambiar esta matriz significa, incrementar la cantidad de industrias, tanto insumos como de bienes finales, con el fin de agrandar el aparato productivo ecuatoriano.
El gobierno nacional propone transformar la economía ecuatoriana y lograr una inserción estratégica y soberana en el mundo, lo que nos permitirá contar con esquemas nuevos de generación, distribución y redistribución de la riqueza. Eliminar las equidades territoriales reduce la vulnerabilidad de la economía e incorpora a los actores que por décadas han sido marginados del esquema de desarrollo de mercado.
Esta transformación implica pasar de un modelo primario, exportador y extractivista a uno que prioriza la producción diversificada, ecoeficiente y con mayor valor agregado así como los servicios basados en la economía del conocimiento y la biodiversidad.
Un proceso de esta importancia requiere que las instituciones del Estado coordinen con los gobiernos municipales, provinciales, juntas parroquiales, y concentren todos sus esfuerzos en el mismo objetivo común.
A nivel nacional ya hay iniciativas interesantes como la provincia de Tungurahua, que es un referente en la gestión de fomento productivo con estrategias de competitividad y productividad, liderada por su gobierno provincial.
En nuestra provincia se debe apoyar la propuesta de un nuevo modelo de gestión productivo y participativo, convirtiendo a la prefectura en el gran facilitador de desarrollo y en gran impulsor de la agroindustrialización. A nivel local, el GAD Portoviejo está apoyando la construcción del agrocentro que dinamizará la economía de nuestros ciudadanos convirtiéndolo al mismo en un ente integral y productivo.