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RICHARD BOWEN
¡Ayúdale para que pase!

Ese es el término que se torna de moda en las ahora llamadas Unidades Educativas, en los colegios de todo el país y hasta en las universidades fiscales y particulares, cuando se está cerca a finalizar el periodo de clases impuestas en la Ley de Educación actual. Aquí aparecen todos los amigos, padrinos inventados.

Miércoles 25 Marzo 2015 | 04:00
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 Y de verdad, en muchos casos hasta intervienen las autoridades del plantel para solicitarle al profesor de determinadas asignaturas, especialmente de matemáticas, lenguaje y comunicación, inglés, física, química, informática, y otras en que el docente es estricto y verdadero maestro, con título o no, para pedir ayuda porque los alumnos no pudieron completar los puntos requeridos.

Y esto por descuido o simplemente porque no quisieron estudiar cuando tuvieron que dar las pruebas de evaluación correspondientes. En esto los padres también son culpables.
Es común escuchar decir a muchos profesores y padres de familia de determinados “estudiantes”, que “los alumnos ya no pueden perder año, porque la Ley lo “prohíbe” y que los profesores tienen la obligación de aumentarle los puntos”. 
Llegan al extremo de amenazarlos con denuncias a las autoridades competentes y hasta de hacerles daño utilizando a terceros. 
En muchos casos, aquellos padres “consentidores” son asesorados por sus propios compañeros docentes y por otras autoridades poco conscientes de las responsabilidades que tiene que cumplir el alumno y el propio representante.
Si el Gobierno actual quiere cambiar el aspecto académico de la educación en el país, debería tomar muy en cuenta estas graves irregularidades que se han cometido por más de 40 años. 
Ya es hora de que el docente se valore, primero por su cumplimiento y capacidad y segundo por su honradez e idoneidad.
Ojalá que las evaluaciones en la educación en general hagan reflexionar a las autoridades docentes.
Y también a los padres de familia, para que se cambie el estilo equivocado hasta ahora llevado. Algo se tiene que hacer para cambiar la deteriorada educación que tenemos actualmente, que para una gran mayoría no ha cambiado en nada. 
Sólo son proyectos ambiciosos, que no les dará tiempo para evaluarlos.
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