Fue memorable la ocasión por el contenido de esa visita presidencial en la que los anfitriones, alcalde y prefecto, junto con los asambleístas provinciales y autoridades locales manifestaron su sentir y preocupación por la “Villa Nueva de arrabales lindos y reales tamarindos”. Algunos ciudadanos portovejenses de diversos matices políticos, incluso partidarios de Alianza PAIS, por  discrepar con la idea, conceptúan dicha visita como un oficial “aeropuerticidio”, ya que en el presidencial discurso, el primer mandatario ofreció su irrestricto apoyo a las definitivas obras de utilización de la extensa pista y anterior terminal aérea, donde se proyectan varios grandes servicios ciudadanos rodeados de importantes áreas verdes, instalaciones que se unirían a otra gran extensión de tierra que es la que dejará para beneficio de Portoviejo el batallón Hugo Ortiz, conociéndose que por estrategia militar y de otros órdenes ellos se mudarán al sector El Aromo. Planifican que estas dos grandes extensiones/proyectos cercanos, se integrarán con sus áreas verdes, haciendo de Portoviejo una envidiable “ciudad jardín” de elevados índices respecto a este rubro que el ser humano siempre requiere sea mayor para evitar la  “selva de cemento”, que por lo regular agobia a los habitantes citadinos. Todos los distintos planteamientos y pedidos hechos por el dúo dinámico de marras, fueron bien recibidos por el mandatario y las autoridades centrales de alto nivel que integraron su comitiva, con los correspondientes ofrecimientos de realización hechos por estos visitantes.  Queda ahora esperar que este dúo dinámico haga el seguimiento del caso sobre todo lo ofrecido, y aprovechando su pública empatía con Correa, continúe con todas las gestiones respecto a la inminente definición territorial de nuestra manabita “Manga del Cura”, que se constituye en una verdadera prueba y ocasión para que los altos estamentos del poder central materialicen su identificación con esta tierra de Alfaro.