Al final decidió no hacerlo y prefirió caminar por otro lado para poder tomar un bus que la traslade a su lugar de trabajo. 

Al ser consultada por tal decisión Vélez afirmó que lo hizo para evitar ser víctima de robo o morbo. 

“Cruzar por este parque es como lanzar una moneda al aire, no sabes qué sorpresa te vas a llevar”, dijo Vélez. 

Ella vive en la cooperativa Caminos Vecinales y diariamente debe circular por el sector del parque.

Para Culpiano Cuadros la falta de seguridad crea un ambiente tenso en la zona, la cual, según el hombre, es visitada constantemente por fumones.  

“Lo que necesitamos es seguridad, un policía que esté permanentemente en el lugar y corra a todas esas personas que vienen a mal utilizar el parque”, dijo.

Flor Macas, que trabaja limpiando los baños del parque, dice que tres días a la semana una persona llega a barrer los pasajes del lugar. 

“Viene los lunes, miércoles y viernes, pero no es suficiente”, comentó la mujer.

Macas de igual manera hizo un llamado a las autoridades para que se ayude con agua para los servicios higiénicos, debido a que los tanqueros que compra no alcanzan para abastecer la demanda de usuarios. 

“Cuando el parque fue creado en el tiempo de Don Kléver sí se nos brindaba agua todos los días”, sostuvo.