Asegura que las corrientes marinas que llegan en enero y las lluvias son responsables de lo que llama “una mala racha”.

Explicó que la fuerza de las olas provoca que el pescado no esté cerca de la superficie, evitándose su captura. Estas corrientes, además causan que el mar esté bastante turbio y no se pueda trabajar, dijo.

Luis Mendoza, dueño de otra panga, señaló que en cada salida invierten como mínimo 30 dólares, si se pesca cerca de la costa, sumándole el pago de comida y otros gastos. 

Indicó que otro de los problemas es que las corrientes provocan que los trasmallos se enreden y obliguan a retornar para desenredarlas. 

Ante esta situación, muchos pescadores realizan recorridos más distantes, hacia las costas de Jama, para poder encontrar algo.

“Una salida para Jama no deja de costar unos 120 dólares para dos días, pero es cuestión de suerte encontrar pesca que permita solventar esos gastos”,  dijo Juan Falcones.  Refirió  que gastan una poma de combustible artesanal de 18 galones que cuesta 21 dólares, más dos litros de aceite que son 10 dólares más.