La organización gráficamente proporciona la estructura de una compañía; y en forma práctica, en un cuadro, se hacen notar las funciones de los jefes y empleados, dividiéndoles por sus distintas unidades de trabajo, de acuerdo con sus especialidades y responsabilidades. En ellos se podrá observar las interrelaciones, conexiones, límites de autoridad y responsabilidad de todos los departamentos de una empresa, donde debe primar la coordinación, mas no la intromisión.
Los organigramas permiten comprobar que no solamente una persona debe asumir toda la responsabilidad, ni que debe ser una sóla persona quien tome las decisiones por los demás.
No hay nada como una responsabilidad compartida. En equipo se gana o pierde. Una estrella solitaria no alumbra el firmamento, una golondrina no hace verano. Tiene que haber un capitán, pero todos tienen que colaborar de acuerdo a su rol y jerarquía dentro de la empresa.
Respetar el órgano regular es indispensable y hay que hacerlo siempre. No es tan verdad aquello de “para qué hablar con el payaso si puedo hablar con el dueño del circo”. Cuidado el dueño del circo pide un reporte al payaso y éste se vengue por no haberlo tomado en cuenta, dando un informe negativo. Primero hablar con el payaso y luego con el dueño, sí amerita, es la regla. El inmediato inferior se ofende si no se lo toma en cuenta o se lo pasa por alto.
En los actuales momentos, en especial por el cambio de enfoque de la economía mundial, las organizaciones tienen que ir de la mano con los cambios, encontrando nuevos paradigmas. Las condiciones sociales, económicas y de mercado son otras, se avecina una nueva revolución industrial, pronto existirá el libre comercio en todo el mundo. Todos compitiendo contra todos, en todas partes del mundo, es lo que pronto nos espera. El organigrama plano, la organización flexible y hasta la estructura por procesos se hacen inevitables. La optimización y estandarización de productos y servicios se impone. La disminución de costos, austeridad y eficiencia administrativa, es una obligación.
Ojalá que en medio de tanta transformación, el hombre no se vea perjudicado, con organizaciones flexibles pero descompuestas, egoístas, anónimo, nuevo analfabeto; con organigrama plano pero empobrecido en cultura y valores morales; transnacionalizado, pero expropiado de su inteligencia, raíces y costumbres.
Hay por lo menos que conservar nuestros principios y ser leales con nuestros superiores y comprensivos con nuestros subalternos.