Actualizado hace: 951 días 13 horas 24 minutos
Wilmer Suárez Velásquez
Cumplir con la palabra y rendir cuentas

El sábado 4 de febrero del 2006, diario El Universo destacó en su sección El País la siguiente nota de prensa: “Gran nómina en Municipio de Portoviejo”.

Martes 27 Enero 2015 | 04:00

 Enfatizó en el presupuesto municipal y la abultada suma en salarios, $ 6’223.890,58, a 690 obreros y trabajadores agrupados en dos sindicatos; 124 empleados que forman una asociación y 42 con contratos. Es decir, el 55 % del presupuesto, que sumado al pago de deudas sobrepasaron el 82 %, dejando apenas $ 200 mil para contratación de nuevas obras.

En esos días ya se discutía la urgente necesidad de contratar un estudio capaz de  determinar los mecanismos legales y de reingeniería de personal adecuados para reducir la abultada burocracia. El martes 15 de enero del 2008, la misma administración de ese entonces detalla ante El Diario, que se destinan 8 millones para cancelar sueldos y salarios de 836 personas.
Esta dinámica burocrática continuó en la administración cesada recientemente. Así, comparando las cifras del año 2010, encontramos que el 59 % del presupuesto anual estaba comprometido a la cancelación de sueldos; en el 2011 el 57 % y en el 2012 54 %. La proforma presupuestaria del 2013 no fue una excepción, en ella se destinó más de 16 millones a cancelar sueldos de 1.086 servidores y servidoras y una inversión en obras por debajo de los $ 4 millones.
Resulta evidente que el desempeño de las administraciones anteriores no contempló una salida administrativa y política eficientes, que permitiera erradicar la burocratización institucional; la taladrada reingeniería nunca llegó, más bien de período en período se ahondó la crisis y con ello se postergaron los anhelos y demandas legítimas de obras y servicios de las familias portovejenses. Que son muchas más que los 550 servidores públicos que se proyectan salir como parte de la reingeniería que se está llevando a cabo con el acompañamiento del Ministerio de Trabajo.  
Estos hechos descritos, por una parte evocan la angustia ciudadana de haber sido víctimas de años de deficiencia institucional y burocratismo, donde la prioridad fue mantener la burocracia; y, en oposición, constituye motivo de esperanza, el que el actual alcalde, Agustín Casanova,  ponga en marcha sus palabras, con responsabilidad y en cumplimiento de sus ofertas de campaña, pues la nueva institucionalidad del Estado exige de los GAD estándares de eficiencia, calidad y calidez.  
 
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