Actualizado hace: 938 días 2 horas 40 minutos
Orlando Barcia Farías
El síndrome del poder

“No hay nada eterno, todo es relativo”, máxima que deber ser asumida por autoridades que estando en el poder de instituciones de educación superior, siguen creyendo que la hora del retiro voluntario, ya sea por cumplir con el número mínimo o máximo de aportaciones al IESS, por límite de edad, por estar inmerso en algún artículo constitucional, estatutario, reglamentario, algún tipo de resolución, o aplicación de una ley en especial, donde se establece que llegó el tiempo y la imposibilidad de seguir en tales funciones, y no quieren cumplir con tal disposición.

Viernes 23 Enero 2015 | 04:00

 Argumentan razones sin peso y sustento legal, pero sí, perjudicando la funcionalidad de organismos serios como universidades controladas por la Ley de Educación Superior y regidas por la Constitución de la República del Ecuador, donde la ley debe aplicarse sin distinción alguna.

Permanecer más de 29 años como autoridad máxima de una universidad es un lapso muy prolongado, pero si la ley o las circunstancias lo han permitido no se puede objetar nada al respeto.
Pero si llegada la hora del retiro por jubilación voluntaria y se quiere continuar, eso no se puede permitir. 
“Me jubilé como docente, pero no como rector”, máxima que deberá ser analizada por la comunidad universitaria de la ULEAM, a mi juicio, provocando de manera general un irrespeto a los diversos estamentos y en particular a la normativa vigente.
El poder y la autoridad, parece mentira, obnubilan a quienes los disfrutan, les hace perder el sentido de la realidad, vivir en otro mundo, donde solo existe una dirección, desde arriba hacia abajo y de lo que digo se hace; 
Por ello me atrevo, con valentía y sabiduría de académico universitario, curtido en la formación de profesionales, a dar mi opinión cargada de conocimientos, experiencia y respetabilidad a las leyes vigentes en nuestro país.
Insistir en ser poder o autoridad a pesar de que las normas legales y los principios no lo aceptan, es perder la humildad, sencillez, sabiduría,  principios, valores, y hacernos olvidar de todo aquello positivo que indudablemente se ha logrado en la ULEAM. 
Pero, dejando como  ingrato recuerdo final sentirse obsesionado por el poder, aunque algunos todavía siguen haciéndole creer que todo está muy bien y que debe seguir al frente hasta no sé cuándo. 
Estamos en acefalía, las elecciones para nuevo rector y vicerrectores debían convocarse, fijar fecha de elecciones; y el actual rector debe cederle el paso al vicerrector para que éste asuma y cumpla con lo estatuido en beneficio y salvaguarda de los caros intereses de nuestra querida alma máter. 
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