Las viviendas están ubicadas en el barrio Piedra Grande. Su nombre se debe a la presencia de la roca, que es muy visitada, los moradores la suelen pintar de diversos colores.

Las calles cuentan con adoquinado, sus habitantes gozan también de servicios básicos como luz, agua y teléfono.

Franklin Arcentales, quien nació en este sitio, asume que el barrio está conformado por personas trabajadoras. “Aquí se dedican a la ganadería y a la elaboración de melcochas, maní, entre otros dulces”, sostuvo el hombre.

Para él algo que es indispensable en el lugar, es la construcción de un buen hospital para la comunidad.

“Esto abarcaría a las emergencias que suelen ocurrir en la parroquia, sería una buena obra por parte de las autoridades”, sostuvo Arcentales.

Padres de familia asumen que lo que hace falta tanto en el barrio como en la parroquia es un parque infantil para que los niños puedan distraerse.

Karina Jiménez, habitante, sostiene que sólo cuentan con el coliseo para que los menores puedan hacer deporte.  

“Juegos infantiles es lo que les hace falta a los niños, los mayores suelen ocupar el coliseo donde hay canchas”, manifiesta la mujer.

José Prado, quien vive hace 20 años en el lugar, afirma que casi todos los días los vecinos practican índor y ecuavóley.

El sector es muy tranquilo, con personas muy amables y sobre todo trabajadoras.

“El trabajo no hace falta, todos tienen su oficio. Algunos hemos aprendido a trabajar desde temprana edad”, sostiene el vecino.