Ella dice que para tener relaciones de ese tipo, la persona siempre debe tener en cuenta que no se deben mezclar los sentimientos, y poner reglas, las que deben ser comentadas -y ponerse de acuerdo- con la otra persona, todo esto “para evitar lastimarse”. 

 Juliana considera que llevar este tipo de relaciones no la hace una promiscua, y señala que la sociedad “no debe ver con malos ojos a las personas que han decidido optar por este estilo de vida”. Además, indica que hasta para “tener un ‘vacile’” con alguien, la persona debe ser sincera, y explicar qué es lo que se busca y hasta dónde se piensa llegar en la relación.

Verónica Lazo, psicóloga clínica, dice que no se debe juzgar a las personas que deciden tener relaciones íntimas sin amor. 

Ella cree que es una decisión que ellas mismas han tomado, por diversas circunstancias de la vida. 

Esta psicóloga aconseja a estas personas que hagan un balance y vean qué es lo que quieren de la vida, además les invita a que piensen en las consecuencias de sus acciones. 

Verónica Lazo añade que el sexo sin amor puede provocar una sensación de frustración, debido a que muchas de estas personas tienen este tipo de relaciones porque se sienten solas y buscan la protección de otro ser, buscan ser queridas y, al no encontrar esto, van a seguir intentando, buscando “ese algo” que les falta.

Además, Lazo sostiene que, de darse este tipo de situaciones, la persona debe buscarse a sí misma, “mirarse internamente y hacer un balance de lo bueno y malo de las acciones realizadas”.

Katherine Ramírez, psicóloga clínica, considera que si se lleva este tipo de relaciones se debe a las ausencias internas que una persona puede sufrir. 

Ramírez considera que algunas de las causas serían el sufrimiento que la persona vivió en su infancia, “puede ser porque los padres son divorciados, o porque crecieron sin la afectividad que en los primeros años de vida da la familia”. 

AMOR SIN SEXO. Carmen (nombre protegido) comenta que tuvo una relación de noviazgo de casi seis años, y que luego esta terminó en matrimonio. “Empecé mi noviazgo cuando estaba en el colegio, y como era obvio, no quería tener relaciones sexuales con mi pareja, por temor a quedar embarazada o contagiarme de alguna enfermedad”, revela. 

Explica que una vez cumplidos los tres años de relación, su novio prácticamente le exigía “hacer el amor”, ella lo dice ahora entre risas. 

“Siempre hablábamos del tema, él me decía que confiara, que nada malo me pasaría, pero yo sentía temor. Dicen que cuando hay amor todo lo puede, y creo que es cierto, porque mi pareja me esperó hasta cuando yo estuve lista, y cuando llegó ese momento, fui yo misma quien se lo dijo”, señala.  

También Verónica Lazo comenta que hay diferentes tipos de amor, y que cada forma de llevar una relación depende única y exclusivamente de la pareja. “Ellos son los que deben poner sus reglas, y los métodos con los cuales van a alimentar la relación”, dice.  

Katherine Ramírez señala que para llevar cualquier tipo de relación amorosa debe haber confianza y respeto en la pareja. “Se deben conocer las necesidades de ambos, sobre todo cuando se inicia el noviazgo. Lo adecuado sería que la pareja siempre esté en constante comunicación, con ello se podrá saber qué es lo que quiere el otro y qué espera de la pareja”, añade.   

Ramírez agrega que antes de que una persona empiece una relación, debe “autoevaluarse” si está lista para empezar una nueva etapa amorosa y si ese alguien reúne las características que se busca en otra persona. 

“Las parejas deben ser un complemento, deben apoyarse en cada decisión”, afirma.