Luego supe que se estableció en Portoviejo y continuamos charlas sobre cómo beneficiar a nuestra provincia. Luego, junto a don Alfredo Enrique Fuentes y su soñada “ Ciudad Alfaro”, el Ing. Pedro Miguel Reyes, el Ing. Alberto Cedeño Dueñas, don Pedro Zambrano Izaguirre,  el Ing. Jaime Linzán, el Ing. Egberto Alarcón, con el apoyo del “Rotary Club” y otros,  surgió un grupo de trabajo que generó el “Plan Quinquenal de Aspiraciones Básicas de Manabí 1973-1977” en relación a Educación, Producción, Agua, Vialidad, Centro Cívico, Casa de la Cultura, Seguridad, que fueron elevados al gobierno nacional. 

Posteriormente nació el documento “Programación Sectorizada de Manabí – Trienio 1975-77”, que involucró a los responsables  del desarrollo de la provincia como laborioso trabajo con planteamientos  en desarrollo industrial, portuario, pesquero, riego, como represas:  “La Esperanza”, “Río Grande”, y “Jama”, siempre coordinados por Jorge Maldonado, que aportaban con patriotismo y generosidad a un plan de dar bases al futuro manabita, en tareas voluntarias que se pagaban con: “Estás cumpliendo con tu provincia y la patria”, a más de un inventario vial que ha sido guía valiosa hasta la actualidad. 

Muchas obras se realizaron, otras están en construcción y tendrán que hacerse otras porque lo exige la realidad de nuestra provincia: toda la colaboración era voluntaria, siempre impelidos por Jorge Maldonado, que forjaba una personalidad positiva con su ejemplo hacia este trabajo que luego exponía como  comunicador por los medios de Ediasa. Pero en cada convocatoria siempre llegó primero y con las tareas cumplidas. Sonreíamos al terminar las reuniones y decíamos: “Debemos cumplir este servicio al pueblo soberano”. La personalidad de Maldonado se expresó relevante en muchos ámbitos de la organización pública al servicio de Manabí, a fin de lograr días promisorios para esta tierra de la cual ya no era un manabita 

Ad honórem, pues se había convertido en un auténtico manabita de corazón. Así lo recordaremos.