Y es la ocasión propicia para que las seguridades personales y del hogar sean puestas en mayor alerta, porque crece el riesgo de ser víctima de la delincuencia debido a que los amigos de lo ajeno se ponen en mayor actividad, esperando los descuidos de sus probables víctimas.
Para evitar aquello es preciso que cada persona revise su comportamiento para ajustarlo a las normas básicas que sugieren y recomiendan los entendidos de la Policía Nacional, el Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja y demás entidades profesionales, expertas en la materia.
Se entiende, entonces, que la participación ciudadana en la prevención de su propia seguridad es vital, priorizando sus cuidados para reducir los riesgos externos de daños o perjuicios a su persona, por parte de extraños o propios por accidentes.
Esperamos que, especialmente estas dos semanas, transcurran con la alegría de la temporada, de la mano de las precauciones personales.