Eso es lo que señala Freddy Murillo, agricultor del sitio Zapallo, en la vía que conduce a Cuatro Esquinas, quien quemó la maleza de un terreno de su propiedad para hacer carbón y preparar el suelo para la siembra de maíz, yuca, plátano y verduras.
Él dijo que aunque recibieron charlas del Ministerio de Agricultura (Magap), no les han dicho que eso es malo para el suelo. “Es más fácil porque se siembra sobre la ceniza y además se hace carbón para la venta”, indicó.
Él es uno de los miles de campesinos que mantienen la práctica ancestral de quemar la maleza para preparar el suelo para la siembra. Cuando se acerca la época de lluvias es común observar la quema de maleza en la campiña y hasta en la zona urbana, como las colinas.
DAÑO. Robert Vera, ingeniero Agrónomo y técnico del Magap, dijo que a pesar de lo realizado “no ha sido posible un cambio radical, no hemos sido capaces de convencer al productor para que revierta esa práctica” .
Explicó que las altas temperaturas ocasionadas por el fuego van endureciendo las partículas del suelo, se mueren la fauna y flora microbiana que ayudan al desdoblamiento de esa biomasa. Entonces, la alternativa es que los residuos de las fincas puedan ser transformados en fertilizantes, abonos, dejando de lado el uso de agrotóxicos.
Xavier Valencia, coordinador zonal del Magap, dijo que se alistan para la temporada de lluvias y que las expectativas en maíz son altas. “Creemos que el invierno va a ser benévolo para el maíz; la idea es lograr una producción que permita decir no a las importaciones en el 2015”, indicó Valencia.
En Manabí se espera sembrar 80 mil hectáreas y, con semilla certificada, obtener hasta 150 quintales por hectárea.
Y en arroz se espera producir entre cinco y seis toneladas por hectárea. La cifra que se maneja en la provincia para este cultivo es 10 mil hectáreas.