Hasta si tenemos una silla no podemos movernos con facilidad porque estaremos preocupados en saber con quién la dejamos, dijo en una entrevista con Jaime Bayle.
Hay que preocuparnos más en disfrutar de las cosas inmateriales de la vida que valen la pena. Compartir con la familia, amigos, salir y caminar en una tarde de verano, disfrutar un partido de fútbol, dar un beso al ser que amamos o salir a recibir al hijo que llega después de un largo viaje. El dinero es necesario e importante para desenvolvernos en diferentes aspectos, pero no dejemos que sea la brújula de nuestra existencia. No vale la pena.