En la provincia, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Inec), el 27 por ciento de la población vive en unión libre.

José y Raquel son parte de esas cifras. Ambos viven juntos desde hace tres años y no tienen hijos.

“Preferimos estar así para evitarnos los trámites del matrimonio”, dicen.

La unión de hecho, es una figura jurídica que reconoce la alianza entre dos personas libres de vínculo matrimonial.

Podrán optar por la unión libre también las personas del mismo sexo.

Este servicio inicialmente se activó en Quito, Guayaquil y Cuenca.

Sebastián Villalba, quien es miembro del colectivo GLBTI de la provincia, señala que algunas parejas del grupo estarían interesadas en registrar su unión libre. 

“Sin embargo aún quedan muchos vacíos legales”, indicó Villalba.

Pese a que la Constitución, en su artículo 68 dice que la unión de hecho generará los mismos derechos y obligaciones que tienen las familias constituidas mediante matrimonio, aún hay dificultades.

Por ejemplo, en el matrimonio, el hombre y la mujer comparten bienes, tienen derecho a herencia en caso de ocurrir la muerte de uno de los cónyuges, también hay el principio de copaternidad y ambos pueden compartir los beneficios de la seguridad social. 

Gabriel Acosta, director provincial del Registro Civil, recuerda a la ciudadanía que la unión libre es un acto voluntario de la pareja.

Los requisitos son pago de la tarifa vigente (50 dólares en las instalaciones del Registro Civil), acta notarial o resolución otorgada por un juez que solemnice la unión de hecho, que ambos comparecientes deberán presentar documentos de identidad originales.