Imagino que todos los interesados habrán realizado las acciones respectivas. En el caso del Concejo de Jipijapa, en cumplimiento de este decreto, acordó ratificar la demarcación general del cantón y la de sus parroquias: Jipijapa, Paján, Guale, Alejo Lascano, Cayo, Machalilla, Pedro Pablo Gómez, Noboa, Sucre y Bellavista (en esta fecha no existían los cantones de 24 de Mayo, Paján y Puerto López). Para esta demarcación se consideran los Títulos Reales del 20 de octubre de 1805, expedidos por el Oidor, alcalde de la Corte de la Real Audiencia de Quito, previo al informe del subdelegado de Tierras de Guayaquil, atendiendo a las diligencias del Cacique Manuel Inocencio Parral y Guale, en beneficio del Común de Indios de esta población. 

En este acuerdo que fue sometido al conocimiento y aprobación del Ministerio de Municipalidades, se precisan con mucha claridad los linderos del cantón Jipijapa con Daule, Santa Elena, Balzar, Santa Ana, Portoviejo, Montecristi.

Como los problemas por la falta de documentos legales y de claridad en delimitación de linderos en ciertos sectores han continuado, en abril del 2013, se expide la Ley para la fijación de límites territoriales internos. Ley que ordena a que se realice de manera precisa y definitiva. 

En este sentido cada provincia, cada cantón, están en la obligación de hacerlo, lo que ha movilizado a quienes se sienten afectados en sus intereses, pero de igual forma ha despertado apetitos de expansión territorial. 

Importante la defensa de La Manga del Cura, que realiza la Prefectura y la que debe tener el apoyo de quienes hacemos Manabí.

De igual forma merecen atención los límites de Pedro Pablo Gómez con Santa Elena, que han sido denunciados desde el 2010, tanto al GAD de Jipijapa como a la Prefectura. Los moradores de Guanchinchas, La Cascarilla, Río Blanco, El Sombrero, Los Chulos se quejan de que “están perdiendo gran parte del territorio Gomence-Manabita, especialmente en el sector montañoso donde nacen afluentes que alimentan la cuenca del Río Ayampe”.

Pero a la vez señalan que desean seguir siendo orgullosamente manabitas. Y esto es lo que debe primar, sentirnos orgullosos de nuestra tierra y defenderla.