El rescate lo realiza con cualquiera de sus siete compañeros voluntarios que trabajan en el proyecto. Luego acuden al sitio donde han detectado a la mascota y la llevan al refugio, allí le brindan primeros auxilios. Los casos leves como desnutrición los atienden en la fundación, y para los más extremos, que requieran de una cirugía, la directiva realiza una actividad para recoger fondos y darle el tratamiento al animal.

>Entrenamiento. Una vez que el perro se recupera, entra a un proceso de entrenamiento de 20 a 30 días para mejorar su conducta, ya que son recogidos de la calle, dijo Ortiz. Posteriormente se los da en adopción. El anuncio lo hacen por medio de las redes sociales.

Éste fue el caso de Marjouri Chávez, quien vive en la parroquia Eloy Alfaro. Por medio de Facebook se enteró de que la fundación daba en adopción a una perra de raza french que fue rescatada con una pata fracturada. Ella llamó a los directivos de la entidad y al día siguiente firmó un acta de compromiso, para adoptar a la perrita y convertirla en su nueva mascota. 

“Yo quería un perro y no lo compré, lo adopté, creo que ésa es una mejor manera de ayudar”, dijo Chávez.

Por el momento en la fundación hay 17 perros rescatados. A pesar de la ayuda que han recibido, Jefferson Ortiz aún no ve cristalizada su idea de que la fundación tenga un verdadero refugio para seguir ayudando a más perros callejeros; sin embargo, le alegra la decisión que se tomó hace ocho días en el Concejo Cantonal de Manta. En sesión ordinaria se autorizó al alcalde Jorge Zambrano brindar la ayuda necesaria a la fundación Esperanza Canina para construir un refugio de animales.