Tiene, además, un sistema de educación superior que es la base, digo yo, de su poder.
De las 10 mejores universidades del mundo, 7 son de Estados Unidos. Y a esas universidades asisten asiáticos, en su gran mayoría, alemanes, japoneses, latinoamericanos, entre otros, que ven a la educación superior estadounidense como una plataforma de superación. Aunque actualmente se realiza mucho esfuerzo en esta área, en las primeras 200 solo aparecen tres latinoamericanas: la universidad de Sao Paulo en el puesto 127, la Universidad Autónoma de México en el 163 y la Pontificia Universidad Católica de Chile en el 166.
Pero Estados Unidos también tiene instituciones creíbles, serias que generan confianza y seguridad. Por eso en la crisis reciente -la del 2008- ante el temor de una debacle global de proporciones bíblicas, el mundo, con excepciones desde luego, acudió masivamente a la compra de bonos del tesoro de Estados Unidos, que pagaban casi nada, como refugio seguro para sus recursos, a pesar que la crisis la habían generado bancos americanos. ¡Increíble! ¿Por qué? Básicamente porque sus instituciones son altamente confiables y se tiene la certeza que el gobierno de turno, cualquiera que sea, hará lo mejor para salir del pozo empleando las mentes más preparadas sin mirar su condición social o política.
De la misma manera cuando se presentan grandes problemas políticos en el mundo, se recurre a Estados Unidos como protagonista en ciertos casos o en ocasiones en alianzas para ayudar a países amigos.
Por esta conducta creo que se lo ha llamado el “policía del mundo”. El presidente Obama ha tratado en su mandato de borrar este “apodo”. Cuando llegó a la presidencia se encontró con dos guerras abiertas, la de Afganistán y la de Irak. De este último país retiró las tropas y del primero lo hará este año y el próximo, al menos es la promesa y se mantuvo un tanto distante del problema libio y sirio. Pero ahora, no. El Estado Islámico (EI) obliga a Estados Unidos a forjar alianzas para enfrentarlo. Otra vez entonces Policía del mundo.