Entre el colectivo mundial asentado en esta urbe madrileña, que está por los 3,2 millones de habitantes -increíble, pero menos que Guayaquil- consta el ecuatoriano, que, quiéralo o no reconocer el gobierno español, aporta sustancialmente a las arcas fiscales. 

Es verdad que un número apreciable de estos connacionales ha regresado a Ecuador o migrado a otros países europeos por la crisis económica que de a poco está saliendo España, pero la gran mayoría continúa ejerciendo variadas labores con las que mantiene a su entorno familiar.

Si bien el llamado a retornar a la patria, que ha efectuado el gobierno ecuatoriano a los emigrantes, intenta la repatriación de personas y cerebros, personas como Jorge Bowen y su esposa estiman que aún no hay las condiciones para ello; que resultan atractivas las promesas, pero permanece la duda sobre los resultados. Citan ejemplos varios que dicen de experiencias en pro y en contra. Él y su esposa son nacionalizados, al igual que sus hijos, y en su mismo hogar siente la posición encontrada: uno de ellos está en Ecuador y no desea regresar, mientras que otro decidió quedarse en España. 

Y mientras caminamos y conversamos por una de las grandes avenidas madrileñas, llamada la Gran Vía, me sorprende una inmensa publicidad que cubre toda la fachada de un inmenso edificio, que con vistosos colores promociona las regiones de nuestra patria, destacando la leyenda líder del turismo ecuatoriano internacional: “All you need is Ecuador”.

En España se dice que el mayor ingreso lo brinda el turismo. Es de esperarse, entonces, que la promoción en la que el gobierno de la Revolución Ciudadana ha incursionado obtenga la respuesta mundial calculada, para que la invitación que se hace través de la enorme publicidad pueda ser celebrada como una inversión y no lamentada como el gasto en una ilusión.