Simeone, de 44 años, dirigirá al Atlético que el próximo miércoles enfrentará en un amistoso a las Águilas del América, pero su recibimiento por parte de los medios fue como si su equipo fuera a disputar la final del Mundial de Clubes contra el rival mexicano.
Con una barba bien cuidada, pelo corto y una bermuda azul en juego con una playera con los colores de su equipo, Simeone se paseó por el pasillo de la Terminal como un Jesús resucitado y sordo, aclamado por varias decenas, e incapaz de reaccionar a las preguntas de los periodistas y los pedidos de fotos de los hinchas.
"Vamos a hablar cuando hagamos la conferencia", fueron las únicas palabras que pronunció durante su traslado al autobús, protegido por dos personas del club, una de pelo negro que gritó y repartió codazos como si estuviera a cargo de la seguridad de un político y otra con palabras de amenazas a los reporteros más insistentes.
A la misma hora, decenas de seguidores de Ricky Martin esperaban la llegada del artista puertorriqueño y al ver al "Cholo" Simeone tan en su papel de gente importante entre cámaras y micrófonos corrieron confundidos hacia el argentino. "No es él, debe ser un futbolista uruguayo", le dijo una joven con una perla en la nariz a un amigo adorador de Ricky.