Milton Vega, responsable de este proyecto en representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), manifiesta que el objetivo está orientado a la reducción de la pobreza y la lucha contra la desertificación (deforestación y erosión del suelo).

 

La primera fase  se implementó, en aproximadamente dos años y medio con una inversión cercana a los 700 mil dólares lo que permitió reducir la tala de bosques que se produce por las actividades agrícolas y ganaderas.

resultados. Dentro de los resultados que se obtuvieron, cita Vega, el incremento en la productividad de los cultivos mediante el uso de pastos de corte que permite, en pequeñas superficies, disponer del suficiente alimento para el ganado; la producción de bioinsumos como el biol, que permite reducir la dependencia de agroquímicos. 

Otros son los logros de la conservación y reforestación de laderas donde se encuentra la fuente y flujos de agua. 

“Esto y otros resultados alcanzados son el producto de una eficiente articulación del trabajo entre varias instituciones y la comunidad”,  dice Vega. 

La segunda fase incluirá acciones en la microcuenca del Río Grande, desde Bolívar a Chone.