En este hiper centralizado Ecuador es necesario que el gobierno entregue recursos para obras y servicios de los gobiernos locales, para que puedan ser ejecutadas. 

A pesar de los avances que los municipios han tenido en las últimas dos décadas en las asignaciones fiscales, aún son muy pequeños en proporción al Estado. 

Lo ideal sería que los municipios no dependan del gobierno central en nada y que sus recursos sean muy superiores a los actuales. 

Ese ideal al parecer está cada día más lejano.

Se rechaza que el gobierno anuncie que el apoyo a los municipios se disminuirá y que pocas semanas después hable de un millonario apoyo, que se cuenta en cientos de millones de dólares, para el metro de Quito. 

Bien por Quito, pero lo ideal y lo justo es que el gobierno tenga un presupuesto global para apoyar a todos los municipios y que luego lo reparta directamente, sin condiciones ni requisitos previos que al final del día son el “filtro” político para determinar a quién se apoya. 

Por otro lado, se hace necesario que, de a poco, las municipalidades empiecen a ser productivas por sí mismas y hacer valer sus autonomías.