En octubre del año pasado, el agricultor Kevin Whitney, que vive en Oklahoma, en el centro de Estados Unidos, perdió su iPhone cuando estaba trabajando cerca de un enorme contenedor que tenía 280 mil libras de granos.
Ocho meses después, cuando ya no esperaba encontrar su iPhone nunca más, el agricultor recibió una sorprendente llamada desde Saitama, Japón, que le preguntó si era Kevin Whitney, al responder afirmativamente, la voz al otro lado del mundo le hizo otra pregunta: “¿Usted no ha perdido su celular?”. “Dije sí, he perdido mi celular en otoño pasado”, contó Kevin Kevin al medio local Oklahoma KFOR.